En tiempos de los romanos, el río Manol, que se encuentra junto a la casa, era mucho más caudaloso y rápido que en la actualidad y existía un asentamiento romano que aprovechaba la fuerza del río para la agricultura y otros fines. Los restos romanos que se encuentran a apenas 50 metros de la propiedad están siendo excavados y son interesantes de visitar cuando el yacimiento está abierto. Muchos años después, se construyeron dos molinos a orillas del río: el Mas Moli Gran y el Mas Moli Petit (Mas es la abreviatura de Masia, que significa casa de campo en catalán, y Moli es molino). El nuestro es el más pequeño de los dos, de ahí su nombre en catalán, Petit, aunque en realidad no es nada pequeño. Ambos molinos utilizaban la fuerza del agua del Manol para prensar las aceitunas recogidas en los campos vecinos para hacer aceite de oliva. Todavía se puede ver la antigua rueda de piedra en la bodega de Mas Moli, así como los túneles utilizados para canalizar el agua a través del molino. A mediados del siglo XX, el río había retrocedido y ambas propiedades dejaron de utilizarse como molinos de agua y se deterioraron. En la década de 1980, el predecesor de los actuales propietarios restauró y amplió minuciosamente el Mas Moli Petit utilizando mampostería, maderas y otros materiales originales de la zona, combinados con espléndidas características interiores diseñadas para que coincidieran con la autenticidad del molino original. En cuanto a nuestra propiedad hermana, Mas Moli Gran, se está llevando a cabo un extenso proyecto de restauración, pero como el inmueble es bastante más grande, se espera que esto lleve algunos años.